CONFUSIÓN

Así a todo, cuando lo despedí en la estación de tren, me acerqué para besarle en la boca (después de la noche que tuvimos, lo consideré lógico), pero él, con cara seria, se dirigió a mis mejillas y me dio dos besos, como si lo de anoche hubiera sido sólo un sueño. Volví a sentirme confusa, como si me diese su mano y yo cogiese hasta el hombro, pero le sonreí, me despedí y me fui. Él se llevó el colgante que me regaló el día que nos conocimos, porque no fuimos capaces de engancharlo al cordón y me dijo que lo llevaría a la tienda donde lo compró para que lo arreglasen. Supuestamente me lo entregaría la próxima vez que nos viésemos, pero nunca lo llegué a recuperar.

Una vez me hube marchado, le estuve dando muchas vueltas a lo sucedido. ¿Qué habría significado? Sus mensajes previos y su coqueteo e insistencia en llamarme, me tenían confusa, porque después me dejó muy claro que nada de enamoramientos, y para colmo, en la estación se despidió de mí serio y con dos besos de cortesía, tras una noche de pasión. Tenía un cacao mental tremendo, y una mezcla de sentimientos descomunal. No sabía qué pensar. Pero sus palabras de que "no cometiera el error de enamorarme de él", se quedaron grabadas en mi mente, no era ninguna ilusa, me lo había dejado muy claro. Y como no quiero ser de la clase de chicas que piensan que si se acuestan con alguien significa que les declaran amor eterno, decidí no ser tan efusiva con él, y mucho menos ser insistente, con lo cual, en los mensajes posteriores, no fui como me hubiera gustado ser, sino que fui comedida, correcta y agradecida (como tendría que ser de ahí en adelante, pero yo aún no lo sabía).

Así que llegué a casa de mis padres y, como obviamente esa noche no había pegado ojo, me fui a la cama. No sin antes escribir brevemente en mi diario. Un fragmento de lo que escribí, fue esto:

"Besa como un perro, con la lengua por delante. Es muy cariñoso.
No paró de besarme y acariciarme. Me dijo que tenía la piel muy suave y otras cosas.
También me dijo: "No cometas el error de enamorarte de mí".
Luego me explicó que él no sentía nada y que no quería hacerme sufrir. Me dijo también que yo le gustaba y que lo tenía para lo que fuese, pero que no estaba enamorado. Que igual con el tiempo.
Ya contaré, que me caigo de sueño. Es por la mañana."

Me levanté a la hora de comer. Creo que me despertó Z llamándome a mi teléfono móvil, contándome cómo había transcurrido su quehacer de después de vernos. Me contó que había estado toda la mañana muerto de sueño, y que no estaba a lo que tenía que estar. Yo, como ya comenté, fui correcta y agradable, casi como si lo sucedido la noche anterior jamás hubiese pasado. Tras más o menos diez minutos al teléfono, colgamos, y al poco rato recibí un mensaje por la red social que decía lo siguiente (copio su mensaje tal cual, faltas ortográficas incluidas):

"E, como no te dije por telefono por que tengo a un huevo de gente en casa y me da mucha vergüenza, solo darte las gracias,, el concierto me encantó y me gustó mas la noche, aún siento tu calor en la mejillas, poco a poco ire mejorando los besos. Ya desoxidaste un poco la maquinaria?. A ver si te arreglo en colgante que manda leche, disfruta de los bombones y nos vemos pronto, el proximo dia voy sin prisas y así podemos dormir o no. 1 besoo wapa..."

Ese día volvió a llamarme, por la noche. Me envió un par de mensajes más.

"(...) yo también prometo esforzarme mas, poco a poco esto es una carrera de fondo, sin prisa pero sin pausa, ni me tas ni etapas, procurar disfrutar uno del otro y listo. Yo también me estaba acostumbrando , pasar del hielo al fuego cuesta. espero hacerlo mejor para la próxima y también guiame tú, que eres la maestra.

Me encanta tu cuello y tu sonrisa. 1 besooo"

"Y lo podemos repetir las veces que quieras."

Los días siguientes, él me buscaba. Yo precisamente trataba de estar algo ausente para que no pensase que por lo sucedido ya teníamos que estar en plan pasteloso, y porque a mí no me valían los mensajitos que me enviaba después: yo me regía a rajatabla por lo que me dijo de que enamorarme de él sería un error.

Aún así, tenía la cabeza hecha un lío: primero coqueteaba, después me dejaba claro que no quería nada serio, y luego seguía coqueteando. ¿De qué iba? Yo por si acaso, no quería darle demasiadas confianzas.

Pensé varias veces en cortar por lo sano, por si me acababa enamorando, pero me gustaba y me sentía bien con él, me divertía, se me pasaba el tiempo volando (él me confesó el primer día que le pasaba lo mismo conmigo). Así que no supe qué rumbo tomar.

Al día siguiente, me envió varios mensajes. Entre otras cosas, me decía:

"Si dices que yo soy un bombón, tú eres la nata. ÑAM !!!!"

"Y no te conté que esa noche yo también le pedi lo mismo a las estrellas."

No respondí a nada de eso. A la mañana siguiente, algo temprano, envió a mi correo personal un par de fotos suyas y algunos mensajes a través de la red social.

Hablándome de sus fotos, me comentaba:

"Esas son de hace un par de años., disfrutalas, pero ya sabes que cuadno quieras disfrutar de verdad me tienes a tu disposición en 3D.

Te echo de menos."

¿¿¿A qué venía eso??? Cuando yo se lo dije, me dejó clarísimo que no me enamorase de él, que no fuera por ahí. Y ahora que me limitaba a ello, ¿era él quien me decía esas cosas, habiéndose cohibido además de decírmelas en su momento? No entendía absolutamente nada. Pero decidí seguir siendo un poco fría, porque me lo había dejado muy claro, a pesar de esos mensajes posteriores. Así que no aludí a ello. Tampoco quería hacerlo sentir incómodo, como al parecer se sintió cuando en la cama le confesé que lo había extrañado.

Él seguía generoso en mensajes y llamadas. Todos los días sin excepción, al levantarme, encontraba alguna noticia suya en mi correo, y lo cierto es que me alegraba la mañana, pero seguía en mi postura de no ser lo efusiva que me hubiera gustado. ¡Me cohibió tanto aquel corte que me dio tras el concierto...!

Él, en sus mensajes, apenas hablaba de otros temas que de nosotros. En sus llamadas me demostraba lo mucho que me echaba de menos, diciéndome incluso que yo para él era como una adicción y que no podía evitar llamarme y pensar en mí, que estaba gastando muchísimo teléfono pero que no le importaba porque necesitaba escuchar mi voz, que yendo por la calle repentinamente le entraban unas ganas tremendas de besarme, que hacía el tonto cuando me llamaba a causa de sus nervios, que tenía ganas de estar conmigo todo el tiempo, que quería hacerme el amor, que quería dejar de lado sus obligaciones para venir a verme, que varias veces le llamaban la atención por no estar centrado en lo que hacía, y un largo etcétera.

Todo eso me sonaba a música celestial, escuchándolo a través del teléfono móvil, muchas veces me encontraba sonriendo y me daba cuenta, y había momentos en los que me sentía como en las nubes. Pero no quería ilusionarme. Me estaba acostumbrando a él y a sus mensajes, sus llamadas..., y no quería. Me lo había dejado muy claro aquella vez.

Así que tomé la decisión de dejar de verle. No quería seguir ilusionándome y que él después me repitiese: "Ya te dije que no cometieras el error de enamorarte de mí". Y le envié el siguiente mensaje de madrugada:
"No lo podría garantizar, esto es imprevisible pero me conozco y me encariño muy rápido con la gente. Y cada vez me apetece más estar contigo. Y obviamente, respondiendo a lo que me comentas, no voy a esperar a pillarme y decírtelo, y que tú me digas: "Ah, pues sí", o "Ah, pues no". ¿Tú me comprendes? ¿Porque después qué haría yo? La que lo pasaría mal sería yo. No tú. Y como no quiero que eso pueda pasar, he tomado una decisión. No sé si es lo correcto pero tras pensar bastante creo que sería lo mejor (al menos para mí), y es que si todavía estoy invitada a ver esa ópera, iré si no me surge nada urgente, pero ésa será la última vez que nos veamos.


Después de eso, no más llamadas, ni mensajes, ni visitas, ni ningún tipo de contacto. Sólo si necesitas algún tipo de ayuda, que vaya a ayudarte a algún juicio, que te ha pasado algo grave o cualquier cosa de importancia relacionada con C**********s.


Lo siento, Z, pero prefiero curarme en salud. No quiero volver a pasarlo mal. No es por nada, tú me agradas mucho, de verdad. Si no, habría pasado olímpicamente de ti, y de hecho cuando estoy contigo me siento especial y bien, pero creo que es lo mejor para mí.


No quiero que te enfades y quiero que sepas que si me necesitas, voy a estar aquí, pero sólo para cosas realmente importantes, ¿vale?


Me cuesta tomar esta decisión, te estoy cogiendo cariño, e igual me estoy equivocando, pero no quiero acostumbrarme a ti y luego darme de bruces contra la pared y estar peor, así que lo mejor es cortar por lo sano lo antes posible. Estas cosas no suelen acabar bien.


Un besazo. :-)"

A la mañana siguiente, fue cuando él lo leyó, muy temprano, y me llamó al móvil, despertándome (no eran ni las 9 de la mañana).
Me notó la voz de sueño y me preguntó si quería seguir durmiendo, pero le dije que no, que hablara, y lo que me dijo fue que no entendía por qué teníamos que dejar de vernos, que él no quería eso, que sus sentimientos estaban cambiando desde entonces, estaban creciendo, que seguro que sentía él más por mí que yo por él. Que estaba medio-enamorado de mí, casi obsesionándose conmigo, que eso ya eran palabras mayores y que le pasó una vez con otra chica y ahora conmigo. Que no hiciera caso de aquello que me dijo tras el concierto porque no sabía muy bien por qué lo dijo. Que le pasaba a veces, que hablaba por no estar callado, que lo dijo por nervios e inseguridades suyas, que no prestase atención y le creyese ahora cuando me decía esto. Que de qué tenía miedo si me estaba diciendo que él también quería intentarlo (esto me lo repitió dos o tres veces). Que si yo sentía algo por él y él me estaba diciendo que también lo sentía por mí, por qué no lo intentábamos, etc., etc., etc.

Yo dudaba, quería decirle que sí pero tenía miedo. Pero nuevamente me encontré sonriendo al escucharle decir estas cosas y por un momento me sentí feliz, así que acepté y nos tiramos el resto de la conversación (que duró como dos horas y media) hablando de nosotros.

Me sentí tan bien que lo compartí con mis amigas más íntimas y con mi madre.

Él seguía con sus llamadas y mensajes:
"Son las 2 y pico de la madrugada y me encantaría estar abrazandote en la cama, lo que no se es si te gustaron las caricias en la espalda de la otra noche.

1 besoooo".

Me llamaba muy a menudo. Me decía todas esas cosas que sonaban a gloria. Colgábamos y me volvía a llamar:

"E, te vovli a llamr solo para decirte que me gustas y que estoy con una fuente de melón y me necantaria comerla contigo. 1 besoo y perdona por mis nervios."

Qué bonito sonaba todo eso... Pero seguía desconfiando. En mi diario, en el que todos los días iba escribiendo, decía cosas como:

"No sé dónde me estoy metiendo."

Deseaba intentarlo, pero ya había sufrido antes por amor y no quería que se volviese a repetir. No quería volver a confiar y que me hicieran daño (había acabado muy afectada la anterior vez), así que le envié un mensaje por la red social para comentarle mis dudas al respecto, a lo que él contestó:

"(...) E lo de platearte si estas haciendo lo correcto o no, no se que decirte, yo no me palnteo el fin de esto, o el camino a seguir, yo cuando kiero estar contigo hago por estar y darte mi cariño."

Y me seguía diciendo que me extrañaba mucho.

¿Me había propuesto ser novios? Estaba claro que sí. Pobre de mí. No podía sospechar que eso nunca llegaría a hacerse realidad.